¿Por qué funciona la presión sostenida?
- Federico Bouzas
- 18 jul 2019
- 2 Min. de lectura

El Shiatsu plantea que la tensión o el dolor son producto de un trauma. Un trauma puede ser un mal movimiento, puede ser una herida emocional, un golpe, la repetición constante de un mal movimiento, una mala postura. Ante cualquiera de estas situaciones el tejido se traumatiza, es decir, queda fijado en ese momento/lugar donde no encuentra la forma de volver a un lugar orgánico para el sistema. Y entonces todo el sistema acude en compensación de esa zona traumatizada creando tensiones y corazas que ‘cuiden’ de este lugar en conflicto. La presión sostenida viene a ser como una lupa, que lleva la atención del organismo a esos lugares de conflicto, permitiendo relajarse a toda la zona que se encuentra sosteniendo. Si le damos el tiempo necesario el organismo comienza un proceso fisiológico natural de recuperación. El tiempo es lo que hace que el tejido empiece a volver a su lugar, a re acomodarse de otra manera, más orgánica y saludable. ¿Qué nos dice esto? Que no es el terapeuta quien cura o sana al otro, no es la técnica o la maniobra que hagamos, es el propio cuerpo de quien recibe el que desarrolla los mecanismos de recuperación necesarios, es la capacidad alquímica de nuestros cuerpos y nuestro Ser la única capaz de sanarnos en todos los niveles. Entonces mientras más acerquemos este conocimiento a quienes reciben nuestros masajes , mientras más herramientas de escucha y autopercepción podamos brindarles, más efectivo será nuestra tarea. No es la maniobra lo que hace tan efectiva la presión, lo que la hace efectiva es la posibilidad de permanecer acompañando desde esta filosofía. Si todo mi Ser está al servicio, sin querer cambiar nada del otro, si no acompañando lo que está siendo, el tejido dice “acá puedo confiar, acá me puedo relajar, acá me puedo encontrar” y esto inevitablemente nos conecta con el trauma, inevitablemente conecta con la cura.
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